Arañas (parte 5)

Los científicos se han rendido a la evidencia de los beneficios que se pueden extraer del estudio de las arañas. Su seda, iguala en dureza al kevlar y su elasticidad es 10 veces mayor. Su resistencia es superior a la del acero o el nailon, siendo mucho más elástica. Un fantástico producto natural que utilizamos en chalecos antibalas o en velas de embarcaciones de competición.

Pero debemos reconocer que su especialidad es el veneno. Las arañas han conseguido fórmulas magistrales en sus pócimas para cazar y licuar insectos e incluso pequeños vertebrados. De hecho, sus toxinas se están analizando para ser usadas como insecticidas naturales para preservar nuestras cosechas.

Para un roedor, la muerte se produce en menos de un minuto. Algunos de sus venenos son tan eficaces, que accidentalmente puede convertirse en una sustancia letal incluso para el ser humano. En Australia, se han descrito en los últimos años trece casos de muerte por envenenamiento. En EEUU, se han llegado a contabilizar hasta tres muertes en un año. En Méjico, entre 1984 y 1993, se contabilizaron 254 víctimas.

Pero no saquemos conclusiones erróneas. No es el peligro la causa de repulsión hacia las arañas. En el mismo periodo de tiempo, en Méjico, se produjeron 5 veces más muertes por caídas de caballo. La cuestión es, ¿Podremos educar a nuestros hijos para que se asomen a la naturaleza sin las ideas preconcebidas por sus padres?